Friday, August 20, 2010
RIBEYRO: Cuando los esfuerzos se congelan
Tuesday, November 13, 2007
FIAT LUX

Por Mario Salazar Lafosse (*)
http://fiatluxxx.blogspot.com/2007/11/crtica-dos-cuentos.html
El escritor peruano Orlando Mazeyra (Arequipa, 1980) me envía dos cuentos de su primer libro, Urgente: necesito un retazo de felicidad (Bizarro Ediciones, Lima), para que le dé mi critica y comentario sobre ellos, y la verdad que vale la pena leerlos.
El primero, que lleva el nombre del libro mismo “Urgente: necesito un retazo de felicidad”, en el personaje principal, al inicio, me parece que está hablando de un abuelito tierno y solitario que hace su rutina como cualquiera, sin embargo, luego pasa a hacerme recordar a Ebenezer Scrooge del Cuento de Navidad de Charles Dickens, y en esa jugada magistral de hacerlo caer en el retacito de corazón me parece que se le da una buena lección.
En el otro cuento, “3:15 p.m.”, se va de lo misterioso, a lo cómico, a lo espeluznante que te suceda, y termina en una lección para los incrédulos. Ambos cuentos terminan siempre con un cálido cierre amistoso para el lector y no deja nada en el aire. Particularmente, me impresionó más el segundo cuento por el desencadenamiento de los descubrimientos que se suceden por boca del hombre y la hora.
El inicio del cuento primero me gustó más por sus descripciones que te ubican bien en el lugar en que te encuentras y el final, por supuesto, lo hace completo, redondo y una buena elección para encabezar el libro de cuentos. Sinceramente, se presentan como cuentos bien escritos y definidos.
Imagen: Charles Dickens
Saturday, September 29, 2007
El único proyecto que tengo claro es el de no morirme nunca...
-¿Qué es para usted ser escritor?
-Considerarme "escritor" sería muy pretencioso de mi parte. Cada vez que me hablan de lo que significa ser escritor me vienen a la cabeza los escritores totémicos, comprometidos con el oficio, como es el caso de Vargas Llosa, quien opina de todo, en todos lados y casi todos los días. Por eso recuerdo que, alguna vez, García Márquez dijo que este oficio –el de escritor, por supuesto– es de galeotes y no de diletantes. Pues bien, admiro y admiraré a los galeotes como Ben-Hur, pero debo declararme un diletante. Y pongo especial énfasis en este adjetivo porque mi blog lleva un subtítulo que seguramente me define "Manuscritos de un Diletante" . Soy eso y nada más que eso: un diletante. Cultivo la escritura, y me intereso por la literatura, pero como aficionado y no como profesional.
-Cuéntenos sobre su vida, sus obras, sus proyectos, su actividad literaria.
Posteriormente, he publicado algunos cuentos en diferentes revistas literarias virtuales hasta llegar a elaborar un libro de cuentos que mandé a la imprenta en Lima, a principios de este año. Talvez tengo muchos proyectos, algunos confesables, otros no tanto; pero seguramente me siento –todavía– incapaz de emprenderlos. Simplemente quiero escribir, algo tan difícil y a la vez tan sencillo. El único proyecto que tengo claro –y que tomo muy en serio– es el de no morirme nunca, aunque lo abortaré algún día… y espero, como Woody Allen, no estar ahí cuando eso suceda.
-¿Cómo define el estilo de su narrativa?
-¿Cómo ve la Narrativa de estos últimos años?
-¿Qué autores influyen en su obra?
-¿Cree que el escritor es un ser obsesivo?
-¿Cuál es el fin que desea lograr con su escritura?
-Dentro de su producción literaria, ¿Qué obra elegiría usted por optar en una en especial?
-¿Cómo ha cambiado su lenguaje a los largo de los años?
-¿Es necesario que el escritor sea un hombre comprometido?
-¿Qué libros nos recomendaría leer?
-¿Qué hace antes de escribir?
-¿Cómo ve usted hoy por hoy la industria editorial? ¿Como autor qué soluciones le daría a este problema?
-¿Cree en los concursos o certámenes literarios?
-¿Qué opina de las nuevas formas de difusión literaria por Internet como revistas literarias, blogs, páginas sobre literatura?
-Por último: ¿Desea agregar algo más?
-Agradezco a la Revista Remolinos por esta entrevista.
Sunday, April 08, 2007
Mazeyra: autor de raza
En el libro de Mazeyra sí hay belleza: belleza en el uso de la palabra. ¿Y cómo se adquiere esa belleza? Es un misterio que, hasta el momento, ninguna ciencia –ni la psicología ni la sociología ni nadie– ha descubierto. ¿Por qué Picasso comienza a pintar y sus obras tienen ese valor? No se sabe. Y belleza es lo que yo he encontrado en los relatos de este libro.
Hay que recordar que cuando un escritor publica un libro con varios relatos, el lector puede toparse con diversos temas, en donde, por más esfuerzo que se haga, no se encuentra, no se identifica al escritor: es lo que yo llamo "florilegio" (la lectura del relato no nos dice nada en relación con el autor). Ésta no es una propuesta –consciente– del autor, sino, más bien, es el resultado de la concepción que el autor tiene del mundo, de su vida y del arte: lo que da unidad a un libro de cuentos con diferentes temas. Y, ¿cómo podríamos señalar esta concepción del mundo de Orlando Mazeyra? Repito, el autor no es consciente; pero, de pronto, en un relato aparece una frase que le da significado a todo el libro, y dice lo siguiente: "… si me pongo en su lugar, pienso que sería genial estar loco… para no ver la realidad o para verla con otros ojos…" (pág. 26). Este el fundamento del autor: sería genial estar loco para no ver la realidad o para verla con otros ojos. Y, efectivamente, en estos cuentos se ve la realidad (o con locura, o con otros ojos).
Pero, también, hay un relato corto que nos da la clave íntegra de la concepción del autor, de lo que quiere transmitir en este conjunto de historias, pues una lectura un poco ligera puede dar la impresión de que él toma diferentes temas. Pero, en el fondo, todo buen autor, toma temas centrales (con diferentes personajes y con diferentes situaciones). Ese otro relato que nos da la clave de lo que el autor nos quiere decir a través de todas las historias se llama " La Talega", y dice:
"Ese anciano de mirada perdida siempre camina arrastrando una pesada talega color cereza. Los cuentistas del vecindario dicen que adentro lleva tres enormes espejos. Dos de ellos ya están rotos: el primero lo rompió cuando descubrió su primera arruga; y el segundo fue a parar al suelo cuando contempló su primera cana. El tercer espejo sigue intacto… algunos arguyen que su avanzada ceguera le impide dar cuenta del último espejo. Yo creo que se romperá cuando el viejo esté cara a cara con la Muerte" (pág. 57)
"La Talega" es un hermoso y muy profundo relato corto, en el cual se sintetiza la intención artística de Orlando Mazeyra; intención que los lectores podrán encontrar al leer los otros relatos. Y, porque, además, hay historias que a uno, efectivamente, lo dejan en suspenso: son relatos abiertos (en donde el uno puede encontrar diferentes finales). No todos los cuentos de este libro tienen un argumento cerrado, sino que la historia se abre y es un estímulo para la imaginación del lector.
En este libro hay historias con algunos elementos absurdos –aparentemente absurdos– que le dan sentido a una vida; como en el caso específico del último relato, que es el que le da título al libro: " Urgente: necesito un retazo de felicidad". Cuando se lee ese relato, se siente, al final, una gran conmoción; que es precisamente lo que logra un autor de raza cuando se introduce en esta aventura de la escritura.
Tuesday, March 06, 2007
“Creo que es el temor a la muerte lo que, de manera determinante, me ha lanzado a la escritura”
Bueno, cada vez que termino de escribir una historia, hay algo en mi interior que me invita a deshacerme, a liberarme de ella; quizá por eso, desde que empecé a escribir, adquirí la costumbre de, una vez finalizadas, desperdigar mis historias en diversas páginas literarias de internet: la revista El Hablador, por ejemplo, albergó a uno de mis primeros relatos ("El diccionario de los recuerdos", que, curiosamente, no aparece en el libro a pesar de ser uno de los que más estimo); el Proyecto Sherezade tiene un par de mis narraciones (pero me costó un triunfo publicarlas porque cuenta con un comité de lectura bastante exigente); Letralia, el Proyecto Quipu de Gustavo Faverón y la bitácora Gambito de Péon de Ricardo Sumalavia son, entre otros, los sitios virtuales en donde he publicado algunas de mis historias.
Leyendo tu libro es evidente que el desamor y el amor son los dos grandes temas de "Urgente: Necesito un retazo de felicidad". ¿Concuerdas con mi apreciación o hay otro tema saltante?
Creo que es el temor a la muerte lo que, de manera determinante, me ha lanzado a la escritura. Yo, al igual que el maestro Onetti, cuando era todavía un muchacho tuve un descubrimiento terrible; descubrí que todas las personas que yo quería iban a morirse algún día, de esa impresión no me he repuesto todavía. Por suerte, ahora puedo abrir el primer ejemplar de mi libro, que salió hace pocos días de la imprenta, y en esas páginas encuentro -más que frases elaboradas o historias memorables- una victoria simbólica: mi revancha ante la muerte... mi primera revancha, porque, sin duda, vendrán más. Puedo morirme mañana pero quedarán mis historias, invictas, esperando a un lector que talvez no llegue... pero si llega le habré ganado otra vez a la muerte. Lo que trato de decir es algo que ya dijo en alguna ocasión Reinaldo Arenas: la muerte siempre ha estado muy cerca de mí; ha sido siempre para mí una compañera tan fiel, que a veces lamento morirme solamente porque entonces talvez la muerte me abandone para siempre.
En el cuento Ella se sabe gorda proyectas un tema muy poco tocado en narrativa últimamente, o sea, la superficialidad. ¿Te fue difícil abordar un personaje femenino?
Por esos días me encontré con una convocatoria para un concurso nacional de cuento organizado por la Universidad Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque. Ese concurso sacudió todas mis dudas, me despabiló. Estaba contra el tiempo, sólo me quedaba elaborar una novela corta y enviarla al concurso en cuestión. Así nació "Todo comenzó en la Universidad". Yo necesitaba con suma urgencia que alguien me dijera que tenía una pizca de talento. Por eso, las clases universitarias ocuparon un segundo plano, pues yo pasaba todo el día en mi habitación, perfilando mi historia. Apenas la terminé saqué tres copias que ese mismo día envié inmediatamente a Lambayeque, el original se quedaría conmigo. Temí que alguien en mi casa descubriera mi manuscrito: nadie podía leerlo. Para evitar que alguien me descubriera decidí robar uno de los títulos iniciales de "La ciudad y a los perros" a Vargas Llosa: "Los impostores". Y como autor puse -gran atrevimiento el mío- a Oswaldo Reynoso, quien, a la postre, sería, junto a Oscar Colchado, uno de los jurados del concurso.
La soledad es otro de los temas subyacentes en este libro. Este se hace notar con fuerza en el cuento que da título al volumen.
¿Apuestas por el minimalismo? Noto que tratas de condensar todas las acciones posibles en frases cortas y precisas.
Me gustan Sábato, Loayza, Ribeyro, Benedetti, Coetzee y Camus; pero como lector me inicié con algo corto del Gabo y con una novela de Oswaldo. Con "El coronel no tiene quién le escriba" descubrí que la mierda -hablo de esa palabra y de su significado- puede convertirse en un final memorable, y con Reynoso empecé a dudar de Dios y también de lo que me decía mi madre acerca del sexo y del placer. No fue una experiencia muy grata el convencerme de que En octubre no hay milagros...pero, por suerte, sí hay orgasmos... y, si uno quiere, no sólo en octubre, sino todo el año.
Aunque en mis cuentos no se note -o quizá sí- creo que soy más hijo de El Rosquita que de Zavalita; pero la literatura de Mario Vargas Llosa me ha nutrido de un manera tan determinante que, para mí, no tiene parangón en mi panteón literario privado. Nunca voy a olvidar el día en que me enfrasqué, por primera vez, en la voraz lectura de un mastodonte vargasllosiano: "El pez en el agua", recuerdo que las páginas se agotaban irremisiblemente, pero las coincidencias crecían. Y llega un momento en que la admiración se agiganta tanto que se transmuta en un desbocado afán de peregrina emulación. Alberto Fuguet dice que él cree en las obras que le hicieron tener fe, que le hicieron creer que él también podía, que no estaba solo, que allá alguien afuera se parecía a él. Bueno pues, resumo todo en una oración: si hay alguien en el mundo que me hizo creer que yo también podía, ése es, sin duda alguna, Mario Vargas Llosa.
¿Cuál es tu próximo proyecto narrativo?
Wednesday, February 28, 2007
Presentación del libro
La presentación estará a cargo de los escritores Oswaldo Reynoso, Javier Arévalo y Max Palacios, editor de Bizarro Ediciones.
Hora: 7:00 P.M.
Lugar: JAZZ ZONE Av. La Paz 656 Pasaje El Suche MIRAFLORES (altura de la cuadra 4 de Alcanfores)
Una aventura creativa
Friday, February 02, 2007
2 x 1
URGENTE: necesito un retazo de felicidad me parece un cuento excelente.